ayer hubo un atentado en londres. sólo un desquisiado pudo pensar algo así, realizar un acto de esta magnitud, poner esas bombas.
el mundo cuerdo siempre estará a merced de los desquiciados, porque nosotros somos incapaces de concebir tales cosas. somos incapaces de anticiparlo, y aunque lo sepamos nunca podemos llegar antes de que suceda. no podemos evitarlo. pero seguimos adelante.
y no necesitamos de superhéroes con mallas, pues ya los tenemos. verdaderos héroes son aquellos que enfrentan el fuego y al terror sin miedo ni armadura. ellos enfrentan la oscuridad sin la seguridad de poder salir de ella, por que saben que otros los esperan, con fe, en esa oscuridad. esperan salvación, consuelo. esperan justicia.
hombres comunes. mujeres comunes. que hacen actos extraordinarios de compasión y valor. y de sacrificio. hombres y mujeres, como tu y yo, que se se niegan a rendirse.
no hay palabras por la muerte de inocentes y la muerte de la inocencia. y el aire se llena de preguntas. ¿por qué? ¿por qué? dios mío ¿por qué? por más que intento buscar la respuesta, para mi desgracia no la recibo.
hay gente que ya vivió ésto. no puedo imaginarme lo que es vivirlo dos veces. no puedo imaginarlo.
¿y que podemos decirle a los niños? ¿que la maldad tiene cara de extranjeros? no. la maldad es la mente tras esas caras, una cara que puede ser como la de cualquiera. ¿les decimos que la maldad es tangible, con bordes definidos, nombres y destinos? no, ya tienen suficientes pesadillas. tal vez podamos decirles que lo lamentamos. lamentamos no tener un mundo como el que hubieran querido tener. que nuestra angustia por gritar no equivale a nuestra voluntad de escuchar. que los resentimientos de gente muy lejana son la responsabilidad de todos los hombres y mujeres conscientes, a menos que esos resentimientos un día se conviertan en tragedias.
o simplemente podemos decirles que los queremos y que los protegeremos.
la tragedia no se pudo anticipar, eso era imposible y nadie hubiera podido detenerlo. pero seguiremos adelante. hoy, mañana y pasado mañana. por que sin importar nuestra historia, o el origen de nuestros apellidos, somos gente de bien, gente decente. no nos agacharemos ni nos rendiremos. el fuego del espíritu humano no se puede apagar con estallido de bombas o conteos de cadáveres. no podemos estar intimidados eternamente ni guardar silencio y aguantar nuestras lágrimas.
hemos soportado cosas peores. soportaremos cualquier ataque que sucede y vaya a suceder. porque eso es lo que hacen los hombres y mujeres comunes. nada más importa. no nos hemos debilitado, nos hemos fortalecido. ahora estamos todos unidos en la pena de un país.
en días como el de ayer nacen héroes. los nuevos héroes del siglo XXI. nosotros, los seres humanos singulares. somos más nobles de lo que pensamos y más fuertes de lo que creemos. nosotros somos los elegidos por la historia para comenzar a escribirla.
ayer estallaron bombas y murieron inocentes. es su recuerdo, hagamos un pacto de conciencia, de que crearemos un mundo donde estas cosas no tengan que ocurrir. un mundo donde no tengamos que disculparnos frente a los niños, pero tampoco un mundo que esté pavimentado con los despojos de los inalienables derechos humanos.
estallaron bombas y derribaron torres. que ese eco quede grabado en tu columna vertebral. que se conviertan en vigas indestructibles, en cemento y acero, para que cuando el mundo te vea, vea a los inocentes que se han ido.
y no te dejes derribar.
yérguete derecho.
yérgete derecho.
el mundo cuerdo siempre estará a merced de los desquiciados, porque nosotros somos incapaces de concebir tales cosas. somos incapaces de anticiparlo, y aunque lo sepamos nunca podemos llegar antes de que suceda. no podemos evitarlo. pero seguimos adelante.
y no necesitamos de superhéroes con mallas, pues ya los tenemos. verdaderos héroes son aquellos que enfrentan el fuego y al terror sin miedo ni armadura. ellos enfrentan la oscuridad sin la seguridad de poder salir de ella, por que saben que otros los esperan, con fe, en esa oscuridad. esperan salvación, consuelo. esperan justicia.
hombres comunes. mujeres comunes. que hacen actos extraordinarios de compasión y valor. y de sacrificio. hombres y mujeres, como tu y yo, que se se niegan a rendirse.
no hay palabras por la muerte de inocentes y la muerte de la inocencia. y el aire se llena de preguntas. ¿por qué? ¿por qué? dios mío ¿por qué? por más que intento buscar la respuesta, para mi desgracia no la recibo.
hay gente que ya vivió ésto. no puedo imaginarme lo que es vivirlo dos veces. no puedo imaginarlo.
¿y que podemos decirle a los niños? ¿que la maldad tiene cara de extranjeros? no. la maldad es la mente tras esas caras, una cara que puede ser como la de cualquiera. ¿les decimos que la maldad es tangible, con bordes definidos, nombres y destinos? no, ya tienen suficientes pesadillas. tal vez podamos decirles que lo lamentamos. lamentamos no tener un mundo como el que hubieran querido tener. que nuestra angustia por gritar no equivale a nuestra voluntad de escuchar. que los resentimientos de gente muy lejana son la responsabilidad de todos los hombres y mujeres conscientes, a menos que esos resentimientos un día se conviertan en tragedias.
o simplemente podemos decirles que los queremos y que los protegeremos.
la tragedia no se pudo anticipar, eso era imposible y nadie hubiera podido detenerlo. pero seguiremos adelante. hoy, mañana y pasado mañana. por que sin importar nuestra historia, o el origen de nuestros apellidos, somos gente de bien, gente decente. no nos agacharemos ni nos rendiremos. el fuego del espíritu humano no se puede apagar con estallido de bombas o conteos de cadáveres. no podemos estar intimidados eternamente ni guardar silencio y aguantar nuestras lágrimas.
hemos soportado cosas peores. soportaremos cualquier ataque que sucede y vaya a suceder. porque eso es lo que hacen los hombres y mujeres comunes. nada más importa. no nos hemos debilitado, nos hemos fortalecido. ahora estamos todos unidos en la pena de un país.
en días como el de ayer nacen héroes. los nuevos héroes del siglo XXI. nosotros, los seres humanos singulares. somos más nobles de lo que pensamos y más fuertes de lo que creemos. nosotros somos los elegidos por la historia para comenzar a escribirla.
ayer estallaron bombas y murieron inocentes. es su recuerdo, hagamos un pacto de conciencia, de que crearemos un mundo donde estas cosas no tengan que ocurrir. un mundo donde no tengamos que disculparnos frente a los niños, pero tampoco un mundo que esté pavimentado con los despojos de los inalienables derechos humanos.
estallaron bombas y derribaron torres. que ese eco quede grabado en tu columna vertebral. que se conviertan en vigas indestructibles, en cemento y acero, para que cuando el mundo te vea, vea a los inocentes que se han ido.
y no te dejes derribar.
yérguete derecho.
yérgete derecho.
0 respuesta a “188 - 2005”
Publicar un comentario